jueves, 6 de mayo de 2010

"La Aventura de ser maestro"

aventura de ser Maestro”
Buenos días compañeros:

El conocimiento, la escuela, los maestros y mis padres, fueron definitivos para que yo decidiera dedicarme a la docencia.

Desde pequeña tuve experiencias que dejaron huella en mi vida, algunas fueron muy placenteras: cuando en el kinder mi maestra me enseñó a plantar y a cosechar rábanos y zanahorias. Otras muy dolorosas: por ejemplo cuando estuve a punto de ser dada de baja de la Universidad porque no podía pasar un curso de matemáticas. Otras muy necesarias: como cuando mis padres predicaban con su ejemplo lo que eran los valores de la disciplina, el deber, la responsabilidad, la puntualidad y el respeto. Algo más les debo a mis padres, el haber inculcado en mí el gusto por la lectura y por el estudio.

Todas estas experiencias me ayudaron a crecer y a forjarme un carácter que me ha permitido llegar a donde he querido estar, en el sector educativo, en donde sigo estudiando
para ser útil a la sociedad en que vivo, tan llena de carencias y de dificultades.

Me complace trabajar con personas (los alumnos) que te permiten desarrollar el potencial que llevas dentro .Estoy de acuerdo con José M. Esteve cuando dice que los jóvenes no son enemigos de quienes tienes que defenderte, que son razonables y yo agregaría que además son nobles, ya que siempre están dispuestos (claro que no todos) a trabajar de la manera en que tu se los pidas, son cooperativos, a diferencia del trabajo con adultos, en donde existe el individualismo y resulta difícil trabajar en forma cooperativa.

Esteve plantea que un profesor que realmente desea interactuar con sus alumnos, debe de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de los alumnos. Recuerdo que hace veinte años yo le comentaba a una maestra “que los alumnos no sabían nada de Biología”
Ella me contestó: eso ya lo sabemos ¿y tú que vas a hacer para comenzar a acortar la brecha? Me dijo: tienes que comenzar a pensar de que manera te vas a hacer entender, cuándo vas a ser realmente una profesora de alumnos de Bachillerato.
Tenía razón, en ese momento yo solamente tomaba apuntes de los libros y explicaba literalmente lo que decía el autor del libro, no tomaba en consideración los aprendizajes que marcaba el programa, no aplicaba una metodología, me limitaba a copiar la manera en que se conducían algunos profesores de la Universidad.

Poco a poco me fui integrando a aquellos profesores que cada ínter semestre se inscribían en los cursos y talleres que impartía el personal del Centro de Actualización y Formación de Profesores del Colegio de Bachilleres, y es ahí en donde he ido preparándome a lo largo de veintidós años.

Sin embargo, he corrido con suerte ya que desde hace diez años trabajo como asesora en la Dirección General del Bachillerato, en el subsistema de la Preparatoria Abierta de la SEP.
Este es otro mundo en donde se rompen paradigmas y se trata con otro tipo de población, que tiene otras características y otras necesidades, lo cual me ha permitido desarrollar un trabajo diferente, encaminado a apoyar a estudiantes que cursan un sistema de estudio independiente.
El reto que plantea este sistema también es grande, ya que no tenemos a los estudiantes cautivos como en el sistema escolarizado. Me he topado con casos realmente sorprendentes, en donde se pone de manifiesto la importancia que tiene la motivación interna que tiene una persona, ya que con eso un estudiante es capaz de vencer grandes obstáculos: falta de tiempo, largas jornadas de trabajo, años de no estudiar, grandes lagunas en conocimientos previos, etc. Con muchas cosas en contra, en este sistema hay jóvenes o adultos que terminan la preparatoria e ingresan a una escuela superior porque han sido constantes y tenaces, su deseo de progresar les permite lograr lo que se proponen.
Pero también está el otro extremo, en el que están estudiantes que requieren de grandes apoyos: didáctico y psicopedagógico (éste no existe en el sistema). Los resultados no se hacen esperar: la deserción es muy alta.

En este sistema ha sido más difícil desarrollar el trabajo con los estudiantes, ya que no contamos con una preparación encaminada a satisfacer las necesidades que tiene el sistema.

Mi trabajo ha sido intuitivo, he tomado algunos elementos que aplico en el escolarizado, pero los manejo en otra forma, sin embargo, he logrado ayudar a muchos, (no tantos como yo quisiera) preparándolos y dándoles ánimo para que continúen adelante y lleguen a egresar, lo cual me causa una gran satisfacción, ya que estos estudiantes vencen muchos obstáculos y logran su objetivo: terminar y acceder a una escuela superior o técnica.
La mayoría no se incorpora al campo laboral, pues tienen años de estar trabajando.

Reciban un cordial saludo.

Rosario De la Rosa Delgado.

2 comentarios:

  1. Felicidades Rosario.
    El leer tus anotaciones me recuerda cuando iniciamos nuestra especialidad y que gracias a estos escritos es que fuimos entrando en contacto, detectar identificaciones e irnos conociendo. Lo que creo que no comente en ese momento de tu escrito, es que yo también, justo en el nivel al que dedicamos nuestra labor docente; las matemáticas pusieron en peligro el salir airosa de la preparatoria, jeje, fue un momento de gran incertidumbre, ojalá en aquellas épocas los maestros hubieran estado tan preocupados como tú, por encontrar las mejores formas para lograr que sus estudiantes aprendieran y salieran adelante.
    Gracias por la invitación y por supuesto te aviso cuando esté listo mi blog para que lo visites y recibir tus comentarios.

    Saludos, Rocío.

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  2. Hola colega, felicidades por tu ensayo. Me parece que describes muy bien los elementos que te condujeron a este camino y que te han llevado a atracar en buen puerto esta aventura nuestra de dedicarnos a la docencia. Saludos!!

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